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Cuéntanos, ¿pasas más tiempo revisando tus redes sociales o hablando con tus seres queridos? Seguro que sabes qué hizo ayer tu ídolo porque has revisado sus Instagram Stories al menos tres veces pero, ¿sabes cómo le fue el día a tu primo?
En una época en la que primero compartimos y después lo disfrutamos, es momento de hacer una pequeña parada para reflexionar si estamos invirtiendo nuestro tiempo en lo que realmente importa. De esto, sabe mucho nuestro invitado Víctor Abarca, que ha llegado a Bloygo convertido en el fantasma de la Navidad Presente… ¡Aquí su artículo!
Hola, soy Víctor Abarca y llego a Bloygo convertido en el fantasma de la Navidad Presente por un motivo: nadie ve a los fantasmas, nadie les hace caso, son invisibles pero, también, muy observadores. Al pasar desapercibidos, nos fijamos en cosas que nadie más ve, o que nadie más quiere ver y, cada vez más, me doy cuenta de que no se presta atención a lo realmente importante, a vivir cada instante y compartir el tiempo con nuestros seres queridos. En lugar de eso, vivimos la “realidad” de otros pegados a las pantallas de nuestros teléfonos. Por eso, como en el cuento de Dickens, me pongo el traje del fantasma de la Navidad presente para hacerte una llamada de atención.
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¿Sabías que un ciudadano corriente se pasa una media de cinco horas con el teléfono todos los días? Eso es más de un tercio del tiempo que pasamos despiertos.
Hace unos meses hice el experimento de borrar mis aplicaciones de Instagram, Twitter y Facebook de mi teléfono móvil y, únicamente, usar YouTube para publicar mis vídeos, pero no para consumir contenido. Pensé que si una persona que se dedica a compartir contenido en redes sociales podía estar una semana sin usarlas, todo el mundo podría también hacerlo. Esa semana fue de las más productivas que he tenido en todo el año. Pero al final del experimento me di cuenta de que no se basa en eliminar el uso de las redes sociales, sino en la forma en la que nos aproximamos a ellas y la responsabilidad con el uso de ese medio.
Yo no estuve solo en ese experimento: cientos de canales en YouTube también lo hicieron y compartieron su experiencia. Empezó una corriente en Internet en la que se hablaba de desconexión, y unos meses más tarde, Google presentó una característica de su versión de Android Pie donde advertiría del tiempo que usamos el teléfono móvil, y que incluso podríamos poner unos límites por aplicaciones. Y Apple también hizo lo propio en su versión de iOS12.
Parece que las empresas de tecnología se han dado cuenta de lo importante que es que usemos la tecnología de forma responsable para que sea sostenible.
Y aquí las personas que somos escuchadas por otras tantas personas (mal llamados “influencers”) debemos intentar poner nuestro granito de arena.
Cuando Yoigo me encargó que hiciera un vídeo sobre la navidad estuve dándole muchas vueltas sobre cómo podía transmitir un mensaje positivo y que al mismo tiempo incitara a las personas a usar este año las redes sociales de una forma más responsable.
En el momento que me llegó la propuesta estaba en el metro de Nueva York con los ojos pegados a la pantalla de mi teléfono, leyendo emails, mirando imágenes de Instagram preciosas, y haciendo que ese contador de horas que paso pegado a mi teléfono fuera en aumento. Alcé la vista y vi que el resto del vagón que me acompañaba estaba exactamente como yo: pegados a un cristal. A mi lado había una mujer de unos cincuenta años que me recordó a mi madre, y pensé que esta sería la primera navidad que pasaría lejos de mis padres, de mis abuelas y de mis amigos.
Miré la pantalla del teléfono por encima de su hombro y vi que recibió un mensaje de su hija diciéndole “feliz navidad”.
Y ahí fue cuando se me ocurrió cómo quería abordar ese video navideño: quizás estemos usando cinco horas diarias nuestros móviles, quizás miremos fotos de Instagram, o vídeos de YouTube. Pero en ese tiempo también conectamos con nuestros seres queridos sin importar la distancia. Por eso, decidí que ese tiempo que paso con mi teléfono móvil este año me servirá para conectarme con aquellos que más me importan.
Saqué el móvil de mi bolsillo, hice una foto por la ventana del vagón a los tejados cubiertos de nieve antes de llegar al puente que une Bronx con Manhattan, y le escribí a mi madre: “Mira mamá, ha nevado en Nueva York. Ya es navidad”.
Desde la otra punta del mundo ella me escribió: “Abrígate bien, y no cojas frío”. Y sentí a mi madre tan cerca como siempre.
Y después de un mensaje como este, que de vez en cuando necesitamos que nos recuerden, os animo a participar en el concurso de Yoigo, en el que podéis ganar un Samsung Galaxy Note 9, perfecto para capturar esos momentos navideños, pero no para subirlos a las redes sociales inmediatamente, sino para guardar recuerdos imborrables en compañía de los que más quieres.
Prueba suerte con el FANTASMA DE LA NAVIDAD PASADA para ganar un Huawei Mate 20 Pro.
Y con el FANTASMA DE LA NAVIDAD FUTURA para ganar un Google Home Mini.
¡Feliz Navidad de todos los que hacemos Bloygo!
