Si ha conseguido que conceptos como reconstrucción paleobiológica de los dinosaurios o biología evolutiva nos interesen, e incluso nos hagan gracia, así como que sus miles de seguidores devoren cual Tyrannousaurus Rex cualquier contenido que sube a sus canales, también puede conseguir darnos una teoría válida que nos explique de dónde y cómo han llegado los extraterrestres de Yoigo a nuestro planeta. Invitamos a ‘El Pakozoico’ para que nos resuelva todas las dudas.
Antes de nada… ¿Quién es El Pakozoico?
Yo, Francesc Gascó, soy ‘El Pakozoico’, un apasionado de la paleontología desde pequeño. Estudié Ciencias Biológicas en Valencia y me dirigí a Madrid a participar en un programa de doctorado en Paleontología. Si bien sigo en activo como investigador, mi principal actividad es la divulgación científica. Parte es presencial, otra parte creando contenidos divulgativos para museos y exposiciones y, la última y por la que más se me conoce, es la divulgación por redes y fiel defensor de la ‘vida sana’ a través de mi perfil de Instagram @pakozoic.
Los extraterrestres de Yoigo, ¿la evolución de los dinosaurios?
Aunque parezca algo raro, los paleontólogos tenemos mucho que decir sobre la vida extraterrestre. Esto guarda relación con la biología evolutiva y cómo hemos llegado a ser como somos. Existe la idea general de que la evolución es direccional, es decir, que los peces evolucionan a anfibios, los anfibios a reptiles y los reptiles, a aves y mamíferos, yendo encaminada esta evolución hacia la inteligencia. Pero es una idea errónea, fomentada por décadas de ver la evolución como algo lineal.
Hoy entendemos la evolución como un proceso cuyos caminos se bifurcan y cuyos trayectos están muy influenciados por el ambiente y los otros organismos. Se trata de un sistema complejo, imposible de predecir. O sea, que la evolución que observamos a través de nuestro registro fósil, es la que es porque las condiciones fueron de esa manera y, por lo tanto, un cambio en algún paso puede dar lugar a resultados muy diferentes. ¿Puede predecirse el resultado? No. Los sistemas naturales tienen un funcionamiento caótico.
Por lo tanto, imaginemos un planeta con condiciones semejantes a la Tierra. ¿La vida que allí se podría desarrollar sería equivalente a la nuestra? No tiene por qué. De hecho, las posibilidades de que alguno de sus caminos se parezca a los de nuestro planeta son minúsculas.
Nuestra especie es fruto de muchas causas. Incluso la vida en la Tierra es como es y ha sido como ha sido, gracias a la historia de nuestro planeta. Si los homínidos nos pusimos de pie, probablemente es porque en el valle del Rift, donde parece que habitaban nuestros ancestros hace pocos millones de años, los bosques estaban reduciéndose a favor de praderas.
Tener las manos con nuestro pulgar oponible es consecuencia de haber tenido un pasado arborícola. El propio dominio terrestre de los mamíferos es consecuencia de la extinción de los dinosaurios... Y así, sucesivamente. Por lo tanto, para que un alienígena tenga manos con pulgar oponible, camine erguido y tenga pelo, debería de haber pasado por algo semejante.
Así pues, nuestros queridos y graciosos alienígenas, solo por ser animales bípedos, con una cabeza grande, con pelo y manos parecidas a las nuestras, deberían haber evolucionado en un planeta casi casi gemelo a la Tierra, en el que se repitieran todos los procesos. Lo cual es muy, pero que muy improbable. Pero bueno, ¿acaso no nos tiene la ciencia ficción acostumbrados a estas cosas?
Ciencia + redes sociales = Éxito. Sí, se puede
Cuando creé la primera versión de “El Pakozoico”, mi primera intención fue compartir noticias que tuvieran relación con paleontología y dinosaurios, pero prácticamente sin darme cuenta empecé a hacer divulgación, porque, cada vez que iba a usar un término complejo me planteaba “¿esto quién podría leerlo?”.
Cuando empecé a centrar mi labor de divulgación en un canal de YouTube, vi que era un terreno completamente nuevo. Empecé haciendo vídeos que pretendían tener un estilo televisivo, en ocasiones grabando en museos y buscando un aspecto de documental corto, pero no funcionaban.
Gracias a consejos de gente con más experiencia, di con la clave: el contenido no era el problema, sino las formas. Salvo que tuviese unos medios realmente televisivos, el éxito en YouTube está en la cercanía. De este modo, abandoné mi croma y mis vídeos más serios en el museo para grabar desde casa, con las estanterías a la vista y acercándome a los chavales jóvenes, que son los que más consumen los contenidos de esta red.
¿Hubiese sido todo esto posible sin la tecnología?
Creo que las ventajas del uso de las redes sociales en la divulgación científica son numerosas. El feedback es instantáneo y numeroso, el alcance potencial es global y, además, las redes permiten ‘normalizar’ a los científicos para que el resto del mundo nos vea como personas normales que, cuando colgamos la bata, aparcamos el martillo, o apagamos el ordenador, podemos tranquilamente entrar al cine, irnos de cena, o ponernos a ver un episodio de la misma serie a la que está enganchado el resto de la humanidad ¡Chúpate esa, Big Bang Theory!