De Méliès al CGI: evolución de los efectos especiales
13 Abril 2019 - Actualizado 29 Mayo 2023
Nos sentamos en la butaca. Se apagan las luces. Y durante dos horas viajamos al espacio, huimos de un temible T-Rex o nos adentramos en la Tierra Media acompañados de hobbits, elfos o enanos. Todo parece tan real que por momentos olvidamos que aquello que vemos en pantalla es fruto de unos auténticos magos: los expertos en efectos especiales. Un aspecto cada vez más importante en las superproducciones y una categoría cada año más competitiva en los Oscar.
Los primeros efectos especiales
La magia está en el origen de los efectos especiales. Igual que los buenos ilusionistas, los especialistas en FX nos hacen creer en aquello que es irreal: personas que vuelan, desaparecen o se teletransportan.
Los hermanos Lumière inventaron el cinematógrafo, pero fue un ilusionista, pintor, escenógrafo, caricaturista, actor, director de teatro… quien dotó de contenido al cine y lo convirtió en todo un espectáculo. La fantasía de Georges Méliès inauguró los efectos especiales.
El mago francés desarrolló una serie de trucajes audiovisuales que revolucionaron la técnica y narrativa cinematográfica. El cine era puramente documental cuando Mèliés abrió las puertas al género fantástico y de ciencia ficción con su maravillosa Viaje a la Luna.
¿Cómo se podía viajar a la luna antes del croma o el CGI? Con mucho talento, artesanía e ilusiones ópticas. El stop trick, la doble exposición, la cámara rápida y la película coloreada son técnicas que ahora nos parecen trucos sacados del Magia Borrás, pero, a principios del siglo XX, transformaron la manera de hacer cine.
Stop trick: es un efecto especial que consiste en filmar un objeto, detener la cámara, retirar fuera de plano el objeto, y reanudar la filmación. Con el ‘truco de parar’, los objetos aparecen y desaparecen misteriosamente de la pantalla. George Mèliés descubrió este truco visual accidentalmente mientras rodaba el tráfico en París. La cámara se le atascó, pero los vehículos siguieron su marcha habitual. Cuando proyectó la filmación, descubrió asombrado cómo un autobús se convertía en un coche fúnebre. Un ejemplo de stop trick lo vemos en la película muda Sherlock Holmes Baffled, del director norteamericano Arthur Marvin.
Cámara rápida: poco secreto esconde este efecto visual muy popular en la cinematografía. El truco real reside en la paciencia del cámara que deberá capturar durante mucho tiempo diferentes tomas de una misma acción que, generalmente, sucede a una velocidad muy lenta e imperceptible para el ojo humano. Posteriormente, en la sala de edición, aceleraremos las imágenes para que la acción se resuelve en cuestión de segundos.
Doble exposición: se trata de una técnica fotográfica para conseguir yuxtaponer dos imágenes en el mismo cuadro. ¿Cómo se consigue ese efecto en el cine? A base de filmar dos o más veces sobre la misma película antes de revelarla. De esta manera haremos aparecer y desaparecer elementos de la pantalla. Y como una imagen vale más que mil palabras, aquí tenéis un ejemplo de este efecto especial en manos del mago George Mèliés.
Películas coloreadas: los pioneros del cine también experimentaron para hallar con la manera de plasmar el color en sus cintas. De nuevo, George Mèliés vuelve a aparecer como uno de los pioneros cuando tuvo la idea de colorear a mano cada uno de los fotogramas de sus películas. No hace falta decir que era un proceso engorroso y pesado que rápidamente quedó obsoleto. ¡Imaginad pintar uno a uno cada rollo de película de la saga Star Wars!
Stop motion, maquetas y croma
Los efectos especiales se perfeccionaban a medida que la ficción cinematográfica avanzaba y los directores imaginaban un gorila gigante enfilándose a lo alto del Empire State, una batalla galáctica o un Hombre de Acero sobrevolando Metrópolis (una ciudad que se asemeja bastante a Nueva York).
La artesanía de los primeros años se mantenía, pero ahora nos encontramos con trucos visuales más sofisticados. Se recrean escenarios reales (o imaginados) enmaquetas para después ser arrasados por un torrente de agua, un incendio descontrolado o un monstruo mutante.
Stop motion
Estamos en los años 30 del siglo XX. Somos directores de cine y queremos rodar una película de dinosaurios, seres mitológicos o monstruos que destruyen una ciudad entera ¿Cómo lo hacemos sin ordenadores ni el motion capture? No queda otra solución que la animación artesanal: capturar el movimiento de un muñeco fotograma a fotograma.
El stop motion es una técnica de animación que consiste en recrear el movimiento de un objeto estático mediante la sucesión de una serie de imágenes fijas. Es decir, la sensación de movimiento se consigue grabando uno a uno todos los movimientos.
El mundo perdido, de 1925, es una de las películas más memorables que han utilizado la técnica de la animación fotograma a fotograma para hacernos creer que los dinosaurios todavía habitaban la tierra. Y, por supuesto, otro ejemplo icónico es King Kong. ¿Quién no recuerda la escena del Empire State?
Maquetas
El uso de maquetas lo encontramos en un sinfín de películas, incluso en aquellas producciones que recurren a la última tecnología de su tiempo. Pero si hablamos del arte de las maquetas en el séptimo arte, debemos citar obligatoriamente al género tokusatsu. ¿Perdón? Por el nombre puede que os suene a japonés. ¡Y estáis en lo cierto!
El tokusatsu es el nombre que reciben las películas japonesas -de ciencia ficción, fantasía o terror- que utilizan maquetas y actores disfrazadospara encarnar a los monstruos que lucharán a muerte con los protagonistas en una representación a escala de la ciudad. ¿Recordáis los Power Rangers, Ultraman o Godzilla? Todos ellas son series o películas que pertenecen a la cultura pop japonesa del tokusatsu.
Steven Spielberg revolucionó el mundo de los efectos especiales a principios de los 90 con Parque Jurásico. La película nos descubrió que es el animatronic: maquetas en tamaño real que articulan sus movimientos a través de mecanismos electrónicos o robóticos. Spielberg combinó a la perfección el uso de maquetas con la tecnología CGI en la aventura jurásica.
Con la irrupción de los efectos generados por ordenador, las maquetas han dejado de ser imprescindibles, pero, aun así, se siguen usando y combinando con los efectos de última generación.
Croma: la magia del color verde
Seguro que en un extra de “cómo se hizo” has visto a uno de los protagonistas moviéndose o actuando sólo en un escenario de color verde o azul. Pues bien, esas pantallas de color verdeo azul es el croma. Star Wars, Titanic, Harry Potter y todas las películas de superhéroes le deben mucho a esta tecnología.
El croma es una tecnología audiovisual que consiste en sustituir el color verde o azul del fondo por personas, objetos o imágenes mediante ordenador. Esta técnica nos permite situar a los personajes en cualquier escenario -ya sea real o imaginario- y que hagan cosas sobrenaturales como volar.
La también llamada greenscreen surgió en el cine donde es indispensable para la mayoría de superproducciones actuales, pero la televisión actual también ha adaptado el croma para diseñar platós a un coste más barato. En el terreno de las series, por ejemplo, permite abaratar costes evitando desplazamientos a exteriores.
Actualmente, el color verde es el más usado en la técnica del croma. Pero antes, cuando se rodaba con película analógica, las pantallas azules eran las preferidas por los directores porque ese color facilitaba los aspectos técnicos en la postproducción.
Sin embargo, con las cámaras digitales, es el croma verde el que garantiza una imagen más nítida y sin ruido.
CGI: imágenes generadas por ordenador
Todo lo que tu mente pueda imaginar, podrás hacerlo realidad con la tecnología CGI. Sólo necesitarás un ordenador y… un productor de cine generoso. Hablar de imágenes generadas por ordenador es hacerlo de James Cameron. Antes de Matrix, Star Wars Episodio I, las sagas de El señor de los anillos y de Los Vengadores, el cineasta canadiense nos dejó boquiabiertos con los efectos CGI del sanguinario T-1000 en Terminator: el juicio final.
¿Qué es el CGI? Todos aquellos efectos digitales generados por ordenador a partir de infografías y gráficos3D. Hoy por hoy no hay ninguna disciplina que renuncie al uso del CGI (aunque no siempre con buenos resultados). La televisión, el cine, losvideojuegos o la publicidad recurren a esta tecnología para generar imágenes imposibles.
Volvamos a Cameron, porque volvió a innovar en el terreno de los efectos especiales con Avatar. Construyó un auténtico mundo digital. El cineasta ideó un sistema de filmación en tres dimensiones y se sirvió de programas especiales capaces de generar y capturar los movimientos de los actores de manera fidedigna e incorporarlos en el entorno virtual. ¡Disfrutad con el making off!
¿Cuáles serán los efectos especiales del futuro? Ni idea. Pero mientras los esperamos, acomodémonos en la butaca y silenciemos el móvil porque ya están a punto de apagarse las luces de la sala.