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Los hay que fueron a una boda, y el oficiante de la boda, tras casar a la pareja, les dijo: “Los declaro marido y mujer. Pueden actualizar sus estados de Facebook”. Y es que ya casi nada de lo que ocurre en nuestra vida pasa desapercibido para nuestros contactos digitales. Es más, nuestro amigo del pueblo, al que casi ni vemos desde hace siglos, sabe casi más de nosotros que nosotros mismos.
El mundo de las redes sociales lo envuelve todo y hasta tu madre, tan reacia a colgar nada en internet porque no lo entendía, ahora empieza a interesarse por un mundo en el que, si no estás dentro, te dejan fuera. Aprende los términos más llamativos y manténte on fire.
Imagina que vas por la calle, coges un megáfono y te pones a pegar berridos en medio de la Gran Vía madrileña. ¿Lo visualizas? Evidentemente, la gente se girará y querrá saber qué quiere decir ese “loco del megáfono”. Eres el influencer de la Gran Vía. Ahora, llévate ese ejemplo a internet.
Entre tanta info, es difícil aclararse con lo que “lo peta”. Y solemos fiarnos de aquellos que tienen autoridad en lo que dicen. Las marcas lo saben y utilizan a estos “altavoces digitales” para su propio beneficio. Eso es un influencer. Si te suena Dulceida, ya sabes lo que es una influencer en estado puro.
¿Cómo resumirías tu vida en 2 líneas? Puede parecer complicado, pero la clave está en incluir tus cualidades y habilidades en poco espacio. Quien no te conozca, debe conocer tu esencia. Eso es lo que resume tu bio. Y si no las conoces, habla con tu abuela, que siempre te dirá las mejores. Ella también seguro que te recomienda el Renuevo de Yoigo, con una oferta personalizada dependiendo del consumo y del tiempo que lleves en Yoigo.
Si no tienes nada importante que señalar, tira de creatividad. Y si, aun así, reconoces que no eres una persona creativa, un consejo: pon cualquier chorrada que llame la atención. Entre tanta bio formal, un poco de crazy moment nunca viene mal.
Google no es gratis. No es tu amigo incondicional. Olvídate, porque para estar ahí tienes que andar invitándole a cañas cada día. Si quieres que te saque en su página, ¡paga! Pero aquí el juego va de la siguiente forma: Google te pone en la puerta del bar, y cada vez que alguien se choque contigo, tendrás que invitarlo a una caña.
Por eso, cada caña que pagues será un clic (que es lo que significa PPC = pago por clic), y la ronda completa se llamará campaña por Adword. Ya verás a los demás aplaudirte por invitar a medio bar. Y sí, menuda cogorza que se va a coger el amigo Google a tu costa, mientras ves los euros pasar. Por eso, cada vez que lo invites a una caña, Google será tu amigo “a muerte”.
Descansa y que los demás hagan el trabajo por ti. ¿A que suena bien, verdad? Pues esto es lo que lo "peta". Que los “otros” hagan fotos, vídeos y comentarios mientras tú te encargas de sonreír al pajarito. Cheeeeeeese!
Ahora lo que está de moda es que el user genere contenido (o lo que es lo mismo, user generated content). Pero cuidado, porque si lo mosqueas, el contenido que va a generar no te va a beneficiar en absoluto. Y la cara de “pajarito” se te va a quedar a ti. Eso sí, para contenido bueno, y ya hecho, el que ofrece la AgileTV de Yoigo.
A ti te dicen “almohadilla” y lo que se te viene a la cabeza es una almohada pequeña. Si es que te puede el dormir. Pues espabila, porque para estar en la onda lo que funciona es el hashtag, aunque tenga más años que Matusalén.
El símbolo # ya estaba en el teléfono de nuestros abuelos. Pero ahora se ha puesto de moda porque es una manera de seguir online una especie de conversación. Es estar al loro de lo que la peña (¿Se sigue diciendo así?) dice de algo en concreto. Y hasta se puede convertir en Trending Topic, es decir, lo que lo peta en Twitter.
Realmente hay otros muchos otros términos del entorno de las redes sociales. Y seguro que si propusiéramos más términos, te pasarías todo el día frente al PC o al móvil para conocerlos todos. Pero lo haremos en próximos volúmenes. Eso sí, ponte al día con Bloygo y te ponemos al tanto de lo que realmente te importa.
