El blog de
Quedaron muy lejos los días en los que los teléfonos duraban una semana sin tener que ser cargados, hoy, con mucha suerte, nos duran una jornada. Es obvio, son auténticos ordenadores portátiles que siempre están conectados y nos muestran la información en pantallas impresionantes, con una calidad gráfica difícil de imaginar hace pocos años.
Los fabricantes no encuentran el santo grial de las baterías y han optado por evolucionar los sistemas de carga. Es muy importante la optimización del sistema operativo al hardware, y el buen desempeño de las aplicaciones, pero también nosotros podemos hacer cosas para alargar la vida de nuestros teléfonos.
En este artículo os presentamos dos partes que se complementan, en primer lugar vamos a hablaros de las opciones ideales de carga y desmitificar algunas costumbres que no tienen sentido hoy en día. En una segunda parte os presentaremos aplicaciones glotonas y algunos consejos para alargar la batería.
Numerosos estudios, incluso los propios fabricantes, aconsejan no acercarse a los extremos de su capacidad durante la jornada: ni al 0% de batería, ni al 100% en su recarga. Como un vicio heredado del pasado, pensamos que las baterías tienen memoria y hay que dejarlas bien vacías antes de empezar con una nueva carga, pero esto ya no tiene sentido e incluso es perjudicial.
La carga ideal del teléfono debería moverse entre el 40 y el 70%, pero es una cantidad complicada de mantener en el día a día y es mejor pensar en un rango más realista, como puede ser tener la batería del móvil entre el 20 y el 80%. Compañías como Samsung recomiendan nunca bajar del 20%.
¿Cómo se consigue esto? Si estás en movilidad puede resultar más complicado, pero si estás en casa o llevas una batería externa, podemos hacer pequeñas cargas que nos vayan colocando el teléfono dentro de esa franja ideal.
Si vas a guardar tu teléfono mucho tiempo en un cajón, también es saludable dejarlo en una carga cercana al 50% antes de apagarlo.
Continuando con porcentajes, tenemos que saber que el sistema operativo interpreta la carga que nos queda en base a unos algoritmos que pueden perder fiabilidad conforme pasan las jornadas de carga. Es buena práctica hacer una calibración mensual.
¿Cómo? Fácil, en primer lugar cargamos el teléfono al 100%, luego lo usamos de forma normal hasta que consigamos llegar al mínimo de batería, entre 0 y 5%, de hecho algunos fabricantes apuestan por que el teléfono se nos apague solo. Lo siguiente es dejarlo reposar unas horas antes de ponerlo a cargar, en una carga que tendrá que ser con el dispositivo apagado y hasta el 100%.
Las temperaturas extremas son el principal enemigo de nuestras baterías. Especialmente debemos tener cuidado con los sobrecalentamientos, que reducen el rendimiento y terminan por acortar la vida útil de nuestros teléfonos.
¿Estás grabando mucho vídeo o jugando mucho tiempo a un título exigente? ¿Notas que el teléfono se calienta demasiado? Es bueno hacer pausas y dejarlo refrigerar. De la misma forma que el calentamiento producido por el propio teléfono es malo, también lo es cuando es el sol o el ambiente el que va a tostar nuestro terminal: no lo dejes expuesto.
En el momento de cargar el teléfono tampoco es aconsejable situarlo cerca de fuentes de calor intensas, incluso es recomendable no ponernos a jugar o ver vídeos mientras carga. Hay teléfonos como los OnePlus que contemplan estas situaciones, pero es mejor dejarlos respirar en esos momentos.
Los teléfonos están diseñados para aguantar mejor el frío que el calor extremo, pero eso no implica que también les sienten mal las bajas temperaturas. Están pensados para funcionar bien en ambientes que estén alrededor de los 20 grados, si nos vamos a un lugar con 5 grados bajo cero, la capacidad de la batería se va a ver reducida de forma importante.
La tecnología de las baterías actuales y los sistemas de carga no van a sufrir por que nos dejemos un teléfono cargando. Se pondrá a cargar hasta su máximo punto y cuando llegue a él, cortará el flujo de energía. Tampoco supone ningún peligro.
Posiblemente el teléfono lo tengamos encendido y siga consumiendo energía, entonces el sistema de carga se volverá a conectar para ir rellenando la batería en pequeños intervalos, en este sentido todo está controlado.
Otro tema diferente es el de los porcentajes de carga ideales, de los que os hablamos en el punto anterior: el teléfono va a estar cargándose por encima del 80% todas esas noches. Sistemas operativos como iOS 13 lo tienen en cuenta que hacen una recarga nocturna inteligente, no sobrepasando del 80% en toda la noche, hasta el final, que lo cargarán al máximo.
Nos fijamos en el conector, si es el mismo que tiene nuestro teléfono, adelante, nos ponemos a cargar. Pero no es buena práctica usar lo primero que tenemos a mano, lo ideal es elegir el cargador oficial, el que viene en el paquete de compra, o en su ausencia, uno con al menos la misma calidad y especificaciones.
Cada cargador tiene unas características determinadas, incluso tecnología y diseños diferentes en su interior que hacen que la carga esté optimizada para un terminal concreto. Esto se ha agudizado ahora que los sistemas de carga rápida se están extendiendo.
Puede que con un cargador de dudosa calidad tardemos más en realizar la operación, no se cargue bien, incluso se produzcan daños. Para asegurarnos unos mínimos, miraremos el voltaje e intensidad del cargador oficial, e intentaremos cumplir con eso.
Hay aplicaciones que consumen muchos recursos, y no necesariamente por estar mal programadas, algunas son muy necesarias y otras puede que tengas que buscar una alternativa para conseguir el mismo servicio con un gasto menor.
Al margen de tener cuidado con las aplicaciones citadas, hay cosas que son siempre interesantes a tener en cuenta para que tus jornadas de teléfono sean más largas, vamos a exponerlas en el siguiente listado:
Imágenes | Jonathan Kemper | Daniel Korpai | Caspar Camille Rubin | Alexander Andrews | Steve Johnson
¿Quieres recibir notificaciones con los mejores articulos?