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Al teléfono del futuro no tendremos que tocarlo: nuestra próxima interfaz son gestos en el aire


Las pantallas táctiles se han apoderado de nuestras vidas, las tenemos integradas en todos lados y reconozcámoslo, las tenemos tan interiorizadas que en ocasiones nos hemos visto sorprendidos tocando pantallas que no son táctiles.

Vale, tenemos claro que las pantallas son a día de hoy el principal método de control de nuestros dispositivos, pero no es el único disponible, muchas alternativas batallan por ser el complemento ideal, convirtiéndose a veces en la mejor solución.

En los últimos años hemos podido vivir una explosión de los asistentes de voz, que nos ofrecen la posibilidad de interactuar con los gadgets sin necesidad de tocarlos. No hay dudas de que la inteligencia artificial los hará mejores y nos acostumbraremos a usarlos de forma cotidiana, pero ¿hay algo más en elhorizonte? Apostamos por los gestos en el aire.

Un nuevo método de control

Es por lo que principalmente estamos aquí, para presentaros que compañías como Google, Samsung o LG se están tomando muy en serio eso de que no toquemos el teléfono para poder realizar acciones cotidianas. Los gestos en el aire son un ingrediente clave del teléfono del futuro.

Siempre es interesante seguir los primeros pasos de grandes empresas que trabajan con estas ideas, pero la cosa se pone más seria si la creadora de Android entiende que esto tiene que ser una faceta importante en su nuevo teléfono Pixel. De alguna forma nos está diciendo que es una funcionalidad que se debe traspasar a otros teléfonos que usan el sistema operativo de Google.

Imaginad un sistema que reconoce perfectamente nuestros brazos, manos y dedos en el aire, todos sus movimientos. A partir de aquí podemos relacionar gestos con acciones. Veamos un ejemplo con uno de los últimos teléfonos de LG:

  • abrir una aplicación concreta con haciendo una V con nuestros dedos
  • colgar o contestar llamadas con un vaivén de nuestras manos
  • hacernos un selfie con un gesto: cerrar el puño y salta el temporizador
  • controlar la reproducción de archivos multimedia: mano hacia la derecha y cambia de canción, mano hacia arriba y sube el volumen
  • apagar una alarma que está sonando con un desplazamiento del brazo sobre la pantalla
  • realizar desplazamientos por una web o pasar las páginas de un libro
  • enseñarnos notificaciones cuando acercamos nuestra mano
  • hacer una captura de pantalla con un gesto concreto.
  • al reconocer nuestros dedos, podemos hacer controles selectivos mediante un dial (siguiente imagen)

Todas estas cosas sin tocar nada.

LG-G8S-05

Estos son comportamientos básicos, imaginad un sistema con tanta definición que sea capaz de interpretar a una persona expresándose mediante lenguaje de signos; con la tecnología que se está poniendo sobre la mesa no es difícil asegurar que es posible realizar una traducción simultánea, sin demasiados problemas.

Ventajas colaterales: mayor seguridad

La principal razón de ser de toda esta tecnología parece estar en las nuevas formas de interacción con el móvil, pero también hay otro camino que gana relevancia y que ya hoy día es muy importante para el usuario: la seguridad.

La posibilidad de registrar con mayor definición los elementos y movimientos de una mano, y un rostro, abren la puerta de sistemas biométricos más complejos. El primer ejemplo relevante lo tenemos en el LG G8S, que ya está funcionando en el mercado. Mirad el siguiente vídeo:

Este sistema de cámaras es capaz de desbloquear el teléfono con la palma de tu mano. La tenemos que colocar a unos 15 centímetros de altura y en un santiamén reconoce la forma única de nuestras venas. es una forma cómoda y segura de autenticarnos, si necesidad de acercar nuestra cara, ni tocar la pantalla.

El otro lugar donde vamos a encontrar mejoras espectaculares es en el de la identificación de personas a partir de su rostro. En este sentido Apple también tiene bastante que aportar con sus iPhones, desde la aparición de Face ID. Esta tecnología consiste en un sensor de dos partes, una primera parte que proyecta más de 30 000 puntos infrarrojos en el rostro de un ser humano para así ser capaz de obtener una imagen en 3D, el otro módulo lee la imagen resultante y la procesa.

La magia está en el frontal de tu teléfono

No es necesariamente algo nuevo, desde hace un lustro hay desarrollos y compañías que juegan a que nuestros teléfonos reconozcan movimientos de nuestras manos, para hacer cosas tan sencillas como despertar el teléfono o contestar una llamada. Pero la tecnología ha evolucionado tanto, que la definición y distancia del reconocimiento permite evolucionar mucho este tipo de interacción.

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Antes de adentrarnos más, debemos de entender que todo este camino tecnológico está orientado a usarse con la zona frontal del teléfono, donde tenemos la pantalla. Son tecnologías que bien pueden emplearse en la trasera, pero por ahora todos los esfuerzos van en esa dirección, y tiene sentido como descubriremos en este artículo.

Es por todo esto por lo que la cámara frontal cobra vital importancia, en muchos casos se verá muy mejorada en hardware y software, y en algunos estará acompañada de tecnología adicional y revolucionaria, como los sensores TOF o auténticos radares en miniatura.

Los sensores TOF

Sobre estos os hablamos largo y tendido hace unas semanas. Un sensor TOF nos va a ayudar a conseguir información sobre la profundidad de los elementos que hay delante de la cámara, y gracias a esto vamos a resolver mucho mejor cualquier gesto o acción.

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Tenemos que pensar en el sonar de un submarino: mandar señales a través del medio y esperarlas de vuelta para conocer qué es lo que tiene delante. En un sensor TOF se lanza un haz de luz infrarroja sobre el objeto que se va a fotografiar, cuando esta luz incide en su superficie, una parte de ella se refleja en sentido contrario y regresa al sensor.

Calculando el tiempo transcurrido desde que se emitió la luz se puede medir con precisión la distancia a la que se encuentra. Todos estos puntos registrados en un mismo disparo nos permiten recrear los volúmenes de los objetos protagonistas de la escena.

Radares en el Motion Sense del Pixel 4

La mayoría de comportamientos descritos en el segundo punto de este artículo los vamos a ver en el próximo teléfono de Google, dentro de un sistema de gestos que se llamará Motion Sense, pero es interesante pararnos a conocer cómo funciona realmente todo esto ya que no es tan sencillo como una simple cámara.

La tecnología responde al nombre de Project Soli, en ella nos encontramos ante un minúsculo radar móvil, con el que se pueden mapear objetos de forma tridimensional, también detectar movimientos. Un radar emplea ondas electromagnéticas para medir la distancia de objetos frente a él, no hace falta una cámara.

También fuera: la varita mágica de Samsung

No toda las opciones están dentro del teléfono, Samsung ha pensado que los gestos en el aire se pueden hacer con una varita mágica, que en el caso de los Galaxy Note 10 es su polivalente puntero, mejor llamado S Pen.

Así es, el S Pen es un accesorio externo con el que podemos dibujar con alta precisión en pantalla pero que también cuenta con sensores de movimiento que permiten al sistema reconocer determinadas acciones. Podemos saltar de una foto a otra con solo moverlo de izquierda a derecha, hacer zoom realizando círculos con el S Pen, incluso utilizarlo como disparador remoto.

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