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El consumo de series de televisión ha experimentado cambios en los últimos años. Ahora, con las nuevas plataformas de consumo de contenido a demanda, pocos recuerdan cuando la televisión ofrecía un capítulo de una serie cada semana.
Sentarse en el salón de casa, ver solo ese capítulo y esperar una semana para seguir por dónde se había quedado. Este es el formato que ha utilizado HBO para el lanzamiento de Juego de Tronos. Y parece que, a pesar de estar acostumbrados a elegir nosotros cuándo, dónde y cuántos capítulos ver, ha funcionado.
Según datos de Netflix, 8,4 millones de personas en todo el mundo devoran una serie el día de su estreno. Sin pestañear; de un solo atracón.
Las nuevas plataformas de consumo permiten al usuario, no sólo elegir dónde, cuándo y qué ver, sino también el terminal en el que reproducir el contenido, saltar los créditos y la introducción, consumir de forma más asequible y ver una y otra vez el contenido.
En el caso del público infantil, el aprendizaje por repetición se adecúa perfectamente a estos formatos. Es por ello que plataformas como Amazon, YouTube o Netflix, tienen una sección exclusiva para los más pequeños de la casa.
Según un estudio de Toluna, la compañía especializada en investigación online, desvelaba que un 51% de los entrevistados en España confirmaba que Juego de Tronos es la mejor serie de la historia, por delante de Breaking Bad, Black Mirar o Friends. Pero, ¿qué pasa con las series españolas?
El último estudio de Toluna se ha centrado en saber qué opinan los españoles sobre el consumo de ficción seriada en nuestro país para, así, conocer las preferencias en cuanto al país de producción de la serie, qué valoran más de ellas o cuáles son las series españolas más consumidas y mejor valoradas por los propios españoles.
El crecimiento del consumo de series españolas está ligado al número de producciones existentes. Es decir, vemos más series españolas porque su producción ha aumentado. Paquita Salas, La Casa de Papel, Fariña, El Ministerio del Tiempo, Élite, La Catedral del Mar, Las Chicas del Cable, Mar de Plástico… Son algunas de las series que podemos ver últimamente y que a todos nos suenan.
Según el estudio, un 89% de los encuestado consume series made in Spain y un 73% ha consumido de una a tres series españolas en el último mes.
Para los españoles, el guión es la parte más importante de una serie, teniendo la mayor importancia para un 68% de los entrevistados. El humor se coloca en el segundo puesto en la tabla de medición para saber si una serie merece la pena; un 49% piensan que es fundamental. Y, finalmente, la producción es el elemento que menos se valora a la hora de sentarse a ver una serie.
Así, el debate que siempre ha estado encima de la mesa sobre la baja calidad de la producción española queda resuelto: un 27% prefiere series españolas, frente a un 20% que se decantan por las extranjeras.
La serie española más vista por los españoles, según el estudio, es La Casa de Papel. Un 30% de las personas que han realizado la encuesta han visto cómo el grupo de atracadores entraba en la Fábrica de la Moneda y Timbre para dar el gran golpe.
El Ministerio del Tiempo se sitúa en el segundo lugar, siendo así la segunda serie española más vista en España, con un 11%, aunque en 2017, la cadena RTVE decidiera cancelarla de su parrilla televisiva.
Fariña, Allí Abajo y El Tiempo entre Costuras se suceden como las series de producción nacional más vistas por los españoles. Aunque cabe destacar que cuatro de ellas han sido emitidas tanto en televisión como por plataforma de pago, lo que supone que abarca un público más amplio y, por tanto, mayor audiencia.
Un 22% de los entrevistados opina que La Casa de Papel está al nivel de Narcos y un 11% creen que se iguala con Big Little Lies. Dos producciones extranjeras con gran impacto a nivel internacional y un fenómeno fan muy alto, al igual que la producción española dirigida por Álex Pina.
Paquitas Salas, serie que han visto un 33% de los encuestados, se igualaría a Modern Family compartiendo el nivel de humor para un 79%. La representante de artistas más famosa de Netflix ha igualado a los trucos de magia de Phil Dunphy.
Para hablar de las series antes del gran cambio experimentado gracias a las nuevas plataformas de consumo, deberíamos remontarnos el inicio del mundo televisivo en España. Así, podríamos llegar a entender que hace solo 63 años, el concepto de “ver la televisión” era algo completamente nuevo para la sociedad española.
El 28 de octubre de 1956, Televisión Española dio inicio a las emisiones en la primera cadena de la caja cuadrada. Y, en 1966, apareció el segundo canal de TVE con emisiones de contenidos más culturales, deportivos y servicio público.
Pero no es hasta 1963 cuando se comienza a utilizar el video-tape. Es decir, el formato que permitía la grabación y posterior emisión de programa o formato en televisión. Seguido de esto, en 1969, Televisión Española estrena el color en sus emisiones.
Hablamos de hace 50 años. La evolución posterior hasta nuestros días se ha dado con grandes zancadas.
La primera serie de televisión española fue Los Tele-Rodríguez, emitida en 1957. El argumento reflejaba la vida de una familia de clase media española con una televisión en casa (una cosa extraña en esos momentos) y dejaban ver cómo había cambiado sus vidas gracias al electrodoméstico.
Cuando aparecieron los canales privados, también se sumaron al estreno de nuevas series como Farmacia de guardia, de Antena 3, o Médico de familia, de Telecinco.
Curro Jiménez, Verano Azul, Los Serrano, Hospital Central, Compañeros, Cuéntame cómo pasó, Los Hombres de Paco, Camera Café, Águila Roja, El Internado, Física o Química… Son algunas de las series españolas que hemos tenido la fortuna de disfrutar a lo largo de la historia de la televisión en nuestro país y que, ahora, vuelven en formatos adaptados para las nuevas plataformas. No solo las plataformas como Netflix o HBO, sino que las propias televisiones han accedido a emitir sus contenidos a la carta en sus páginas webs.
Lo importante es seguir entreteniéndose porque, como dijo Herbert Marcuse: “El entretenimiento y el aprendizaje no se oponen; El entretenimiento puede ser el modo más efectivo de aprender”.
