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Antena aquí, antena allá: así es la nada sencilla tarea de planificar y mejorar la cobertura móvil


Son la parte esencial de cualquier red móvil: las antenas. Sin ellas no podríamos hacer nada con nuestros móviles, y ya no hablamos solo de cotillear los últimos stories de Instagram de tus amigos, es que sin ellas ¡ni siquiera podríamos llamar! Ofrecerte la mejor cobertura no es tarea tan fácil como poner un dedo en un mapa y decir, aquí irá una antena. Hoy te vamos a contar cómo trabajamos en Yoigo para que tengas cobertura allá donde vayas.

Tu experiencia y sugerencias, la mejor referencia

En Yoigo somos todo oídos ante sugerencias e ideas de mejora, incluidos temas relacionados con la cobertura, que nos puedes hacer llegar por cualquier vía (teléfono, correo, portal de clientes, redes sociales…). Tu experiencia personal, en el lugar donde vives, trabajas o veraneas, es la mejor fuente de datos que podemos tener, pero no nos quedamos ahí. Para mantener como se debe y mejorar nuestra cobertura, es imprescindible que hagamos nuestra parte por el lado técnico.

Los análisis de trazas de usuario, crowdsourcing, indicadores de calidad de la red, simulaciones teórica y herramientas de Big Data son las herramientas (o palabros raros) que usa nuestro personal técnico para hacer estudios de cobertura. Este personal no está solo encerrado en una oficina, parte de ellos “viven” en la carretera y hacen miles de kilómetros al año en furgonetas más equipadas que la del Equipo A para analizar la cobertura en ciudades, pueblos, carreteras, redes ferroviarias...

El objetivo final es que nuestro expertos en despliegues tengan todos los datos sobre la mesa. El siguiente paso es ponerse manos a la obra para mejorar la cobertura en aquellos sitios donde puede haber posibles mejoras a aplicar y extenderla a esos (poquísimos) sitios en los que todavía no llegamos.

Poner nuevas antenas no es un juego de niños

Aunque pueda parecer fácil, colocar una antena es una tarea que lleva meses, primero de planificación antes de poder trabajar sobre el terreno. La orografía del terreno (no es lo mismo dar cobertura en una zona llana que entre montañas), los edificios que pueda haber alrededor, la vegetación o la altura a la que se podrá poner la antena son solo los primeros baches que nos encontramos en el camino.

Teniendo en cuenta que el rango de cobertura que puede dar una antena cambia mucho de una ciudad (donde puede llegar a ser de sólo 0,25 kilómetros) a zonas más despejadas con terrenos llanos (unos 15 kilómetros), nuestros expertos buscan la cercanía a otras antenas para ubicar una nueva. Y es que una antena también necesita conectarse al mundo de alguna manera, y esas maneras son o con un cable de fibra o con otras antenas, por radioenlaces.

Llegados a este punto ya tenemos en mente más o menos dónde queremos poner la antena y toca buscar el sitio concreto. Aquí entran en juego las leyes y normas de cada ciudad, y no en todos los sitios es igual de fácil dar con una azotea donde poner una antena. A día de hoy diversos estudios confirman que la presencia de antenas no tiene efectos sobre la salud de las personas, pero aun así todavía nos encontramos problemas entre comunidades y administraciones cuando vamos a instalar nuevas antenas, tan necesarias para todos.

Eso sí, en Yoigo somos pioneros y los que más compartimos ubicaciones con otros operadores. ¿Qué quiere decir eso? Que en una misma azotea o lugar conviven nuestras antenas con los de otros operadores. Todo ventajas, para nosotros y para ti: es más fácil cubrir nuevos sitios y mejorar la cobertura donde sea necesario, algo que tú notarás en tu conexión, y además reducimos el impacto visual y el consumo energético de los despliegues.

No, si llueve o cae granizo no tendrás peor cobertura

Como has visto hasta ahora, poner una antena no es nada fácil, y es que todo empieza en estudiar (gracias a tu feedback y nuestro estudios desde la oficina y sobre el terreno) dónde tenemos que mejorar nuestra cobertura, pasa por buscar el sitio perfecto para poner una nueva antena y acaba cuando ésta ya está en marcha.

Para que te hagas a la idea, desde que decidimos la ubicación de una antena hasta que se pone en marcha pueden pasar unos 6-8 meses, cuando no se complican las cosas. Y ahí va otro dato curioso: siempre dependiendo de todo lo que haya que construir y la vía con la que se conectará al mundo exterior, poner una antena tiene un coste que suele oscilar entre los 40.000 y los 80.000 euros.

¿Y todo esto para que llegue una borrasca o una granizada y el 4G parezca 2G? ¡No! Lo de que la cobertura empeora en días de lluvia o mucho viento es un mito (hola, Cazadores de mitos). Como mucho, si hace un tiempo realmente terrible, puede haber cortes de luz o similares que nos obliguen a hacer una visitilla a nuestra querida antena.

A partir de ahora, cuando veas una antena por la calle, en medio de un monte o al lado de una carretera, ya no las mirarás con los mismos ojos, seguro que te pararás a pensar por qué la pusimos ahí o cuánto tiempo nos llevó ponerla. Y recuerda que en Yoigo somos todo oídos, si tienes cualquier sugerencia sobre nuestra cobertura es más que bienvenida ;-)

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